Es legal ver cómo la espiritualidad actúa de las más diversas formas, en los más diversos niveles de comprensión, utilizando las herramientas que tienen a mano. Vamos a conocer un poco de brasileña cultura legítimamente espiritual, adaptada de los cultos de africanos esclavos: " gente de punto Firma Viejo Negro llegará Él viene de Aruanda Se trata de trabajar ..." Era el día de "recorrido del casco antiguo Negro" en ese patio. Mientras los consultantes llegaban ansiosos y esperanzados en llevar de vuelta la "solución" de aquellos problemas que obstaculizaban sus vidas, frente al congo los médiums vestidos de blanco y de pies descalzos se concentraban, ligándose a sus protectores y guías.El ambiente denotaba simplicidad y era amueblado sólo con algunas sillas para acomodar a los consulentes, pocas banquetas para los médiums que servirían de "aparatos" a las entidades espirituales y el congá, donde un vaso de flores, otro de hierbas y los elementos aire, fuego, agua y tierra se hacían presentes. Encima, una imagen de Jesús resplandeciente de luz. Al iniciarse la sesión a través de puntos cantados y oraciones, tras una lectura espiritualista elucida, se iniciaban las incorporaciones de manera moderada. En el lado astral, las falanges de trabajadores ya habían llegado mucho tiempo antes de los médiums y allí ya habían preparado el ambiente fluidicamente.Una exploración energética había sido hecha por los elementales donde primero actuaron las salamandras y después de las sirenas y ondulaciones, haciendo que toda la materia astralina densa que allí se encontraba, fuese transmutada permitiendo la llegada de los espíritus trabajadores.En la puerta del ambiente, junto a la firma de punto rayado y de la presencia del elemento fuego, se colocaba el guardián de la Casa, Exu Gira Mundo, imponiendo respeto y seguridad. En un radio de 360º alrededor de la construcción, una guarnición de los caboclos en la egrégora de Ogum formaba verdadera muralla armada, impidiendo la invasión de seres indeseables a la buena marcha del trabajo de la noche. La construcción entera estaba en el interior de gran pirámide iluminada en color violeta, con gran y gruesa placa de acero imantada en la parte inferior impidiendo que el exceso de energía telúrica desequilibrar la polaridad positiva que era captada por los siete anillos giratorios que bordean la pirámide, Siete Líneas de Umbanda. Cada uno de estos anillos se destacan en el color fluídico de su Orixá y emitieron un armonioso sonido diferenciado. Cada uno de los consultores que adentraba al ambiente pasaba ahora primero por el ahumado que ardía junto a la puerta, en cumbuca de barro, exhalando el olor de las hierbas perfumadas siendo incineradas por el carbón vegetal. Los equipos de limpieza se movían en el lado espiritual, recogiendo las larvas astrales y otras especies de energías deletéreas que allí eran desagregadas de los cuerpos de los consultores, las cuales no eran totalmente absorbidas por el carbón o transmutadas por el elemento fuego.
En las alisísimas vestiduras, los amados Padres y madres, en su ropaje fluídico de negros viejos, trayendo la alegría estampada en su energía, tomaban cuenta de sus "aparatos" médiums, actuando en el chácra básico de los mismos, obligándolos a doblar sus espaldas a semejanza de viejos arqueados, alentándolos al trabajo fraterno. Y así, de consultivo en consulente, de caso en caso, con la paciencia y sabiduría que les es peculiar, entre una baforada y otra de paja o de alguna asada con la rama de hierbas en el aura de aquellos hijos, los bondadosos espíritus cumplían su misión . Los consejos, arreglos, deshilachado de magia negra, de elementales artificiales negativos, limpieza y equilibrio de los cuerpos sutiles, retirada de aparatos parásitos ya veces, algunos tirones de oreja necesarios, en forma de alerta. Todo de acuerdo con el merecimiento del consultante, pues cada uno traía consigo el muestreo de su "ficha kármica" donde estaban impresos lo que la Ley permitía ser cambiado, así como lo que aún era necesario que con ellos permaneciera. Vuelo Benta, espíritu portador de gran sabiduría y humildad, presentándose en aquel
con el cuerpo astral de negra vieja de pequeña estatura, con ropas simples y alvas, cuya falda larga y ancha estaba cubierta por un delantal donde un bolsillo estaba relleno de hierbas y patuás, tenía una manera simplista y diplomática de hacer que los hijos entendían que ellos mismos eran sus médicos sanadores:
- Mi madre, creo que estoy siendo víctima de "trabajo hecho" por mi ex mujer ... Sonriendo y con lenguaje peculiar, sostenía con firmeza las manos del mozo pasándole con eso confianza y con la voz llena de afecto respondía: Negra vieja va explicar para que el hijo entienda: - cuando su casa está totalmente cerrada, se vuelve oscura y nada puede entrar, a veces ni el polvo.
¿No es eso? Cuando el hijo abre las ventanas y las puertas, la luz del sol entra invadiendo todos los rincones, pero pueden entrar también las moscas, cucarachas, hormigas y hasta los ladrones, ¿no? Para la suciedad y los bichos, el hijo puede usar la escoba, para los ladrones la ley, la seguridad.
Y para la luz del sol? Ah, ese hijo, se queda allí iluminando hasta que el hijo cierre toda la casa otra vez. Así también es nuestra casa interna; cuando nos cerramos para la vida, para el trabajo, nos quedamos en la oscuridad y al abrirnos, dejamos la luz entrar, pero quedamos sujetos a todas las otras energías que pululan a nuestro alrededor.
Pero como sucede en la casa material, donde no hay los atractivos de la suciedad y la basura, los insectos no se aproximan.
Si estamos equilibrados, sin rabia, dolor, celos, vicios y todas esas basuras que los hijos buscan en la materia, nada ni nadie puede afectar nuestra energía, nuestra vida. Sólo el sol permanece en el corazón de quien busca mantenerse limpio.
La vieja niebla sabe que ese mundano está al revés. En el lado material los hijos andan por la dificultad de sustento de sus familias, cuando no, en busca de superfluos.
Pero aún así, hay que recordar a los hijos, que aunque están en la materia y sujetos a ella, la vida real está en el espíritu inmortal.
Es necesario dar más atención, si no prioridad, a la esencia en detrimento del resto, para que pueda haber el equilibrio de los elementos inherentes a la vida, en su totalidad.
El mal que se envía a los hijos, sólo va a instalarse si encuentra en la dirección vibratoria, ambiente adecuado.
Sin contar que el miedo es una puerta abierta - y atractiva - para la entrada del desequilibrio. El miedo es un sentimiento muy usado por las energías de la izquierda, ya que fragiliza el cuerpo emocional facilitando su actuación mórbida.
Por otro lado, negra vieja pregunta para el hijo: - si el desorden no se hubiera instalado, por casualidad el hijo estaría aquí, sentado en el suelo, frente a la negra vieja, buscando humildemente ayuda espiritual?
No siempre lo que nos parece mal, es tan perjudicial así.
Puede ser el remedio adecuado para el momento, o tal vez la estremecida necesaria en el cuerpo astral de los hijos, para que la orden pueda reinstalarse.
Las tinieblas, mi hijo, están veinticuatro horas de turno. Y los hijos, ¿acaso están? No sirve de nada orar y no vigilar, pues el pensamiento es energía y con él nos adecuamos al campo energético que queramos.
Antes de la hora grande las falanges de la egrégora de los Negros Viejos, se despidieron de sus aparatos, algunos necesitaban soltar y deshacer la vestimenta astral usada para que pudieran llegar hasta los aparatos mediúmnicos y volvían ahora a las bandas de Aruanda, donde continuarían sus actividades en el " el mundo astral.
Pues como dice a Vuela Benta, "si piensan que morir es dormir y descansar, los hijos están muy engañados ... de ese lado tiene muitotrabalho y como ni el Padre está inmóvil, quién somos nosotros cuya ficha kármica demuestra un vasto débito, para jubilarse? ".
Ahora las velas se apagan, los elementos vuelven a integrar la naturaleza, los elementales después de limpiar el ambiente retornan a sus debidos reinos, los elementales fueron desagregados por la fuerza y sabiduría de los negros viejos y los médiums vuelven a sus hogares con la sensación de paz que sólo es sentida por aquellos que cumplen con sus deberes.
"Negro viejo ya fue, Ya fue para Aruanda, La bendición mi Padre Saravá para su banda ...
