42 años de la
introducción de la Kimbanda en el Uruguay
Durante la década de los ‘40 la
religión de Umbanda fue creciendo en todo el continente Americano, adaptándose
a los diferentes movimientos sociales dónde le tocó estar presente.
La religión de Umbanda se fue
amoldando a las diferentes culturas de la época, de acuerdo a las sociedades y
a los grupos humanos que existían en las ciudades que ingresa. Es así que se
transforma en una religión sincrética, porque adorna sus altares con
iconografía católica y cristiana. En otros lugares, la Umbanda se hace más
espiritista de lo que es, y sus médiums se desenvuelven sin el toque de los
tambores, es decir, que las ceremonias se realizan cantando y acompañando con
palmas esos cánticos de invocación a los espíritus de Umbanda.
Las primeras ceremonias de
Umbanda tienen cánticos especiales, donde se mezclan los nombres de los santos
católicos con los espíritus de la Ley de Umbanda. Llegan los años ‘60, y es así
que Umbanda toma como referente a Exú, guardián de las puertas del templo. Para
algunos médiums significaba que cuidaba el recinto de perturbaciones; cuando
hablamos de perturbaciones, nos referimos a aquellos que vienen a burlarse, a
reírse o que toman la doctrina y el fundamento umbandista sin el rigor
verdadero. Para otros, Exú es aquel gran policía astral que cuida, que protege
el templo para que no ingresen a él otras energías, otras fuerzas u otros
espíritus perturbadores.
A fines de los ‘60 la
manifestación de Exú en las ceremonias de Umbanda correspondía a un espíritu
que se arrastraba, arañaba el piso, limpiaba con su frente el suelo y se
babeaba. Algunos caminaban, por así decirlo, con movimientos toscos, como los
cavernícolas. Exú era invocado en la mitad de la ceremonia de Umbanda para que
retirara del recinto toda fuerza negativa o todo espíritu perturbador.
Delante de cada templo de Umbanda
había una casita en dónde se le rendía culto a Exú, cuidando éste el ingreso al
templo. A fines de los ‘60 esta imagen comienza a cambiar, tanto en diferentes
ciudades de Brasil como en nuestro país, Uruguay. El 7 de julio de 1968, Exú
manifestado en el Pai Ayala dijo que en el año donde el número siete fuera el
más importante, él recibiría su primer Elebó, su primer Bode, su primer cuatro
pie; éste, marcaría el cambio de ceremonia y la evolución de Exú. Los allí
presentes creyeron que se trataba de tan solo una predicción y que esto
ocurriría en algún otro momento, otro lugar y en otra persona.
Pasan los años y junto a ellos
vienen los procesos de cambio y de evolución en las diferentes áreas de
conocimiento. Pues bien, la Kimbanda no escapa a esta etapa de cambio y
evolución. Es así, que las ceremonias que en un comienzo decíamos eran con un Exú
que se arrastraba y se babeaba, comienza a evolucionar, a pararse, a caminar,
hablar con más facilidad, e inclusive se comenzaron a entender más claramente
sus mensajes.
En los años ‘70 se acelera el
proceso de cambio. A partir de allí, Exú indicó que el 7 de julio de 1977,
sería la fecha indicada para la evolución y el cambio de Exú en este lado del
mundo.
Como reguero de pólvora ingresa
la Kimbanda al Uruguay, transmitiéndose de unos a otros. Todos buscan sus jefes
espirituales o jefes de Kimbanda para que los apronten en la nueva Ley. Estos
no se encuentran fácilmente, porque no en todos los países o ciudades, Exú
había evolucionado de la misma manera. Es así, que el proceso se hace lento
pero seguro.
Hoy estamos a 42 años de aquel 7
de julio de 1977, cuando todos los jefes de Umbanda y Babalorixás se hicieron
presentes en Guadalquivir 4888, donde Exú por primera vez realizó su Elebó ante
los ojos atónitos de todo Montevideo.
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