En este Pataki de Oshún, es donde muchos comprenderán el como
llegaron los corales a ser parte de las riquezas de Oshun.
Aquí se narra que la bella Oshún siempre le gustaba pasear por el
monte, su simpatía y carisma hacían que todos los animales inclusos los
insectos más peligrosos como el alacrán disfrutaran de su presencia y canto.
Ella en el monte esparcía la alegría con sus andares y bailes.
Oggún siempre la observaba de lejos, pero un día se acerco y cambio
su parecer, ya no le bastaba con disfrutar de el encanto particular de la bella
Oshún, quería por encima de todo que fuera de el, Oshun al percatarse de las
intenciones de Oggún, se horrorizo, pues en su corazón solo existe un amor que
era Shangó, decidio correr y alejarse, corrio, y corrio, por todo el
monte, Oggun que para el era muy fácil correr, mantenía el acecho.
Cuando todos los esfuerzos de Oshún por alejarse de su pesadilla
mermaban y ya pensaba que era un hecho que la iban a atrapar, diviso un
resplandor a lo lejos, agudizo su mirada, observo que era un río, y sin
pensarlo dos veces y con todas las fuerza que le quedaba, mantuvo su carrera
hacia el, con mucho pesar llego y se lanzo al río.
Al lanzarse al río, sintió un gran alivio, pues se refrescaba con la
caricia de la corriente y se sentia segura de escapar de Oggún, la corriente
del río fluía hacia la desembocadura y junto a ella la bella Oshún.
Cuando llego a la desembocadura, tropezó con la poderosa Yemaya, le
contó lo que le había pasado desde el inicio. A Yemaya le causo tanta simpatia
y al ver que el río le causaba tanta protección , decidió regalarle el río, y
para alegrarla la cubrió de joyas, corales, y otras riquezas.
Por este acontecimiento en la vida de Oshún es que vive en el río y
quiere tanto a Yemaya.
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