Oshun era la hija preferida de Orumilá. La niña de los ojos de
su padre. Cuando la niña nace, su padre le dio las aguas dulces y cascadas para
gobernar. Le dio la bendición sobre las mujeres, la fertilidad, el cuidado
sobre el feto.
Oshun creció bella, dulce y malcriada. Tenía el corazón dulce,
pero llena de voluntades. Cuando estaba en la edad de casarse, los
pretendientes aparecieron a las puertas de orumilá. El primero fue Oxossi, el
cazador.
Él trajo hermosas pieles, animales y la abundancia. Orumilá
pensó que su hija sería feliz con un hombre que proveería la mesa y era un gran
cazador. Y Oshun fue entregada a Oxossi, yendo con el novio a su bosque. En
poco tiempo Oshun estaba triste y deprimida. Oxossi era fuerte, bello,
vigoroso. Pero vivía por las matas, buscando más y más trofeos para los de su
salón de caza.
Además, Oxossi era de modales groseros y no oferecera siquiera
un peine y un espejo a la novia. Llorando, Oshun, mandó al padre que cerró el
compromiso. El segundo pretendiente fue Oggun. El gran general, el señor de los
ejércitos de Oshalá. También era un gran herrero. Orumilá pensó que con mejor
guerrero, Oshun siempre estaría protegida.
Así, mandó a su hija ir a pasar un tiempo con el novio. Oggun
también era fuerte, joven y hermoso. Pero sólo pensaba en guerra, estrategias,
sus ejércitos y sus espadas; era grosero y brusco con Oshun y se quejaba de su
vanidad que consideraba una pérdida de tiempo. Oshun lloró una vez más, y el
padre la trajo de vuelta. Los pretendientes seguían llegando, pero Oshun negaba
todos con miedo de sufrir otra vez.
Un día un hombre le pidió refugio en las puertas de Orumilá -
era pobre, un vagabundo. Orumilá iba a despedirlo, pero Oshun sucumbió del
peregrino y pidió al padre que lo reciba. El hombre se bañó y ganó ropas
limpias, comió, bebió, descansó. En agradecimiento, hizo una trova que dedicó a
Oshun.
Cuando la princesa oyó, quedó encantada y mandó llamar el
trotamundos. El hombre le recitaba versos, contó-He historias, hasta peinaba
los cabellos de Oshun, mientras le cantaba prosas. Un día, el peregrino
necesitó irme. Oshun lloró, le rogó al padre que impidiera la salida del
hombre, sin embargo Orumilá no podía detenerlo, y que nada malo había hecho.
Oshun lloró muchas noches, mirando la luna, sintiendo la falta
del humilde trovador. Orumilá, queriendo ver a su hija esposada, se cansó del
llanto de Oshun y mandó reunir a los mejores partidos para que la hija eligiera
un marido.
Orumilá dio una gran fiesta, pero Oshun, lastimera en su rincón,
no comía ni sonríe, no quería saber nada de nadie. Entonces, Orumilá exigió que
la hija eligiera su marido pronto, o entonces, él, su padre, lo haría. Oshun,
temblando, miraba por entre los hombres y ninguno de ellos le gustaba. Eran
ricos, poderosos, algunos incluso hermosos y fuertes, pero ninguno le habló a
su corazón. Entonces ella vio, entre los invitados el errante trovador.
Oshun corrió hasta el hombre, lo llevó hasta el pie del trono de
Orumilá y pidió que cantara. El trotamundos cantó, declamou hermosos poemas,
todas a Oshun. La princesa, en lágrimas, le dijo al padre que él era el esposo
que ella deseaba. Orumilá, los invitados y toda la corte se rieron, donde ya se
voltea, la hija del rey casarse con un mendigo! Oshun insistía, defendiendo el
peregrino contra el desprecio de los demás.
Entonces un gran trueno sonó y el peregrino fue alcanzado por un
rayo. Para gran sorpresa y asombro de todos, el mendigo se convirtió en Shango,
el señor de la justicia, el mayor juez de iurubá. Orumilá le preguntó por qué
él no se había presentado como realmente era, desde el principio.
Shango explicó que no sólo quería el cuerpo, ni la dote de
Oshun, quería una mujer que fuera justa como él, por eso, se disfrazó de
vagabundo, prefiriendo conquistar el corazón de la mujer por el arte y
sensibilidad. Ahora él estaba seguro de que Oshun era su reina verdadera, pues
ella lo amaba por sus cualidades y no por su realeza o dotes físicos. Orumilá
abatido por la sabiduría de Shangô, le dio la mano de su hija.
Shango Oshun llevó a su reino, en oyó, donde ella fue cubierta
de carretones dengos, sedas, dulces y juguetes. Shango Cumulou-la de bondad,
amor y mimos se convirtió en la también la reina del Oro, de la prosperidad
Oshun nunca más lloró de tristeza sólo de emoción
Es aprendió a cantar todas las prosas de Shango a quien jamás
dejó
💛 Maferefun Madre
Oshun 💛
💛 Ora Yê Yê O!
madre Oshun 💛