RELIGION YORUBA - NACIONES
DEL BATUQUE
ODÉ - OTIM
«OKÊ»
Día de la semana: Lunes
Saludo: Òkì bámbò
El día de fiesta de este orixá es el 2 de
enero, día de grandes fiestas en las sociedades de religión africana.
Comida: El cerdo es la comida de Odé y la cerda
es la comida de Otim. El cerdo tiene que ser entero, ellos también comen gallo
y gallina, pero deben ser bataraces.
Ofrendas: Costilla de cerdo asada con pororó - fariña con miel y aceite de dendé - poroto menudo cocido con un poco de
perejil.
Sus armas: El arco y la flecha, lanza, machete, etc
Uniforme: Sus hijos usan trajes azules y blancos,
guías también de los mismos colores, azul y blanco.
Frutas: Sus frutas todas pero las preferidas, son el coco y el
níspero.
Todos los años, el rey de Ilobu hace
ofrendas al rio Erinlé (conocido con el nombre de Inlé en Brasil). Foto Pierre
Verger.
En las antiguas comunidades africanas, y
aún hoy, en las más apartadas de las civilizaciones, las únicas personas que
podían poseer algún tipo de armas eran los considerados cazadores. Estos
cazadores tenían doble función.
- la primera porque eran los encargados
de traer la comida a la aldea, y para esta función, el aliado material era el
gran protector Ogun que, sin pedirle a el, no había ninguna cacería que tuviera
éxito. Pero también estos cazadores tenían un pacto o un entendimiento con el
dueño del monte, en portugués de las florestas. Este lugar estaba guardado por
Ossain u Osaña, el médico de la religión africana, la divinidad que reconocía el
poder terapeútico de todas las hojas de los árboles y de los montes. Con el,
los cazadores nocturnos y los grupos de caza mantenían una estrecha relación
que comprendía qué tipo de animales se debía cazar para comer y qué tipo de
animales no se debía cazar por que formaban parte del culto de Osaña o de los
rituales de Ogun. Como vemos, el equilibrio natural ya existía desde épocas
remotas. Estos cazadores que salían en expedición a buscar el lugar favorable
para conseguir la manutención de la aldea y que de noche eran los guardianes
del lugar donde vivían, se les llamaba de «ODÊ». Otim, en cambio es quien
preparaba la comida. Es la imágen femenina que acompaña al cazador y que por
tanto alimenta los hijos y la aldea. Estas dos figuras que se cultuan en las
naciones que integran el batuque son de importancia fundamental para que en un
hogar, una casa o una familia no falte la comida. Tienen estrecha relación con
Xangó Agandju de Ibejis, dueño de la abundancia en la mesa. Este cazador,
llamado Odé, sufre una transformación y es conocido más adelante con el nombre
de Osoosi, pero para esto, tenemos que referirnos a una leyenda conocida en la
ciudad de Ifé.
El Oní de Ifé comenzaba la festividad de
la recolección de la tapioca y por ende, de una fiesta donde todos comían
«inhame» con vino de palma. Iba todo bien hasta que apareció un pájaro
gigantesco que se colocó en el techo del palacio. Esta ave era considerada
nefasta, por tanto, se pidió a los cazadores que la mataran. Y se llamó a tres
cazadores.: Osotogun, el cazador de las veinte flechas, Osotogin, el cazador de
cuarenta flechas y Osootadotá, el cazador de cincuenta. Y un cazador al que
nadie le dió importancia, de una sola flecha llamado Osotokansoso (Estas
palabras están en Yorubá, pasadas a fonética portuguesa, la S con punto se
cambia por X). La madre de este último consultó un babalawo y este le recomendó
que hiciera una ofrenda con una gallina y que le abriera el pecho en un camino
y que pidiera que allí donde abría el pecho penetrara la única flecha de su
hijo en el pájaro maligno. Los otros cazadores fanfarroneando hicieron todas
las tentativas posibles y ninguno logró matar el pájaro. En el momento que el
último cazador tiraba su única flecha, se estaba celebrando la ofrenda que
quebró el encanto que protegía al pájaro de una famosa hechicera del lugar.
La flecha dió en el blanco y el pájaro
cayó muerto. La gente comenzó a aplaudir, cantar y bailar, muy típico de esos
lugares y gritaban.: «Oso es popular» y luego decían «Osowusi», lo repetían
varias veces. Terminó siendo más adelante Osoosi.
El lugar de orígen de este orixá es la
ciudad de Keto, igual que Exú, quien guía los caminos de los cazadores
acompañados con Ogun y Osaña. Sus bailes imitan la caza. La danza dentro de las
naciones del batuque indica con la mano izquierda y el dedo índice en alto que
es el arco. La mano derecha y el dedo índice también en alto se acerca al dedo
de la mano izquierda y realizan un movimiento de acercamiento y alejamiento
indicando que están tirando una flecha al juntarse las yemas de ambos dedos.
Es la divinidad de la caza. Su casa se
encuentra en los bosques. Simboliza justicia. Las tradiciones orales nos dicen
que fue un bravo guerrero que participó en muchas batallas, saliendo siempre
victorioso. Cuando había paz, el se retiraba al bosque y cazaba con sus amigos
y hermanos. El y Ogun se decían hermanos de sangre y se divertían juntos por
semanas interminables moviendose silenciosa-mente a través del bosque hasta
atrapar a la presa.
Las tradiciones cuentan que una
particular mañana, había capturado bastantes piezas y las había dejado detrás
de su cabaña para así poder volver a otro lugar del bosque para una caza mayor.
El quería tener una variedad de comidas para una gran fiesta en honor de su
madre. Su madre voluntariamente le ofreció sus servicios a el para limpiar su
casa que estaba en constante desarreglo. Al día siguiente de arreglada la casa,
ella espió los animales cazados y seleccionó algunos que ella prepararía para
la cena de su hijo. Ella seleccionó las piezas y comenzó a irse para su casa
que estaba bastante lejana. Al poco de haberse ido, el volvió con un ciervo y
descubrió que algunas de las piezas que había cazado no se encontraban allí. No
pensó en comprobar si algo más faltaba dentro de la casa. El no se acordó de
que su madre iba a ir a limpiarle. Sólo pensó que le habían robado las piezas
que el cazó. Colérico por el robo de sus piezas y el insulto personal, lanzó el
ciervo al suelo, tomó su arco y seleccionó una flecha. Tal y como lanzaba la
flecha hacia el cielo le pedía a Olodumaré que le diera a esa flecha la fuerza,
la velocidad y la precisión para que permitiera que esta encontrara el corazón
de la persona que había tomado sus aves. Olodumaré le concedió su deseo y su
madre fue alcanzada y muerta por la flecha que atravesó su corazón, a poca
distancia de la casa de el.
Cuando el gran cazador escuchó el lamento
de la muerte que inundaba el bosque, comprendió lo que realmente había hecho.
Rara vez se escucha que Odé se vea
involucrado en las actividades del día a día de la civilización sedentaria. Es
un auténtico niño del bosque. Es un marginado social que vive alejado de la
mundanal sociedad. La leyenda dice que lleva campanas en su pierna izquierda,
la pierna del poder, cuando camina por el bosque. Lleva un gorro de plumas en
su cabeza. en Brasil. En Africa su vestimenta es una pluma en un gorro en su
cabeza. También usa una piel de leopardo llamada «Bante», que es adornada con
buzios, y porta una pequeña chaqueta, un arco y flechas. Su símbolo es un arco
y una flecha hechos de metal que son usualmente encontrados dentro del «Caldero
de Ogun». Está ahí colocado como un signo del pacto con Ogun para la caza.
El es el defensor de los que no tienen
defensor y es el que ayuda a las mujeres, a los niños, los enfermos y los
ancianos. Es la fuerza que la persona necesita para eliminar las distracciones
y para llevar las peticiones de uno directamente al objetivo por el camino más
directo.
Es el divino cazador y es una
representación de la justicia humana y divina. Siempre trabaja en conjunción
con Ogun, quien representa la fuerza bruta y las energías creativas y
destructivas del cosmos. Juntos simbolizan la justicia balanceada, la
destrucción de lo obsoleto y la creación de nuevas avenidas en la vida. Su
unión implica la disolución de uniones y la creación de nuevas. La principal
habilidad de el es la búsqueda de la perfección, tal y como el siempre está
buscando la más bella y perfecta criatura para presentársela al creador. Es el
símbolo de la pureza e idealismo así como también es implacable de todo lo que
es inmoral e injusto.