Ogum es el orixá de la guerra



Ogum es el orixá de la guerra, del coraje, del protector de los templos, de las casas, de los caminos.
Ogum precede a los otros orixás, viniendo luego de Exú, y recibe también parte de los sacrificios de los demás orixás pues fue quien que forjó el obé (cuchillo usado en los rituales para ofrendas de sacrificios).
Era un guerrero que peleaba sin cesar contra los reinos vecinos. De esas expediciones, él traía siempre un rico botín y numerosos esclavos. Guerró contra la ciudad de Ará y la destruyó. Saqueó y devastó muchos otros estados y se apoderó de la ciudad de Irê, mató al rey, allí instaló a su propio hijo en el trono y regresó glorioso, usando él mismo el título de Oníric, "Rey de Irê.


NECESITO AL PODEROSO ORIXÁ OGUM

Padre, que mis palabras y pensamientos lleguen hasta vosotros, en forma de oración, y que sean escuchados. Que esta plegaria corra mundo y universo, y llegue hasta los necesitados en forma de consuelo para sus dolores. Que corra los cuatro rincones de la tierra y llegue a los oídos de mis enemigos, en forma de brillo de advertencia de un hijo de Ogum, que soy y nada temo, pues sé que la cobardía no cambia el destino. Ogum, patrono de los agricultores y labradores, haz que mis acciones sean siempre fértiles como el trigo que crece y alimenta a la humanidad, en sus cenas espirituales, para que todos sepan que soy tu hijo. Ogum, señor de las carreteras, haz de mí un verdadero camionero, que yo sea siempre un fiel camionero seguidor de tu ejército, y que en mis caminatas sólo haya victorias. Que, aun cuando aparentemente derrotado, que es un victorioso, pues nosotros, vuestros hijos conocemos la lucha, como esta que trabaje ahora, aunque sabiendo que es sólo el comienzo, pero teniendo al Señor como mi padre, mi victoria será cierta. Ogum, mi gran padre y protector, haz que mi día de mañana sea tan bueno como el de ayer y hoy, que mis carreteras estén siempre abiertas, que yo trabaje para que en mi jardín sólo haya flores, que mis pensamientos sean siempre buenos y que aquellos que me buscan consigan siempre remedios para sus males. Ogum, vencedor de demandas, que todos aquellos que cruzan mi camino, cruzen con el propósito de engrandecer cada vez más la Orden de los Caballeros de Ogum. Padre, de ahí luz a mis enemigos, porque ellos me persiguen porque viven en las tinieblas, y en la realidad sólo persiguen la luz que me diste. Señor, líbrame de las plagas, de las enfermedades, de las pestes, de los ojos grandes, de la envidia, de las mentiras y de la vanidad que sólo lleva la destrucción. Y que todos aquellos que oigan esta oración, y también los que la tengan en su poder, estén libres de las maldades del mundo.
Ogun Iê
Saravá Ogun.

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