Como Olofi lo había previsto, nuevos Orixas llegarían a la tierra




Como Olofi lo había previsto, nuevos Orixas empezaron a apareces en la tierra. Con la creación de los ríos, la Orixá Oxum, quien es la patrona de todas las aguas de estos y particularmente del rió que lleva su nombre, hizo su aparición. Al mismo tiempo surgieron los Orixas Obá y Oyá. La primera se convirtió en la patrona del rió que lleva su nombre, mientras Oyá era la patrona del rió Níger (Odo Oyá en Yoruba). Olofi otorgo a Oxúm la posesión del oro y el patronato del amor y el matrimonio. A Obá la hizo patrona del hogar, Mientras que a Oyá le otorgo los vientos y también la hizo guardiana de los cementerios. Mientras Obatalá, de quien se dice tiene veinticuatro aspectos, algunos femeninos, consiguió una nueva esposa llamada Yemmu (de acuerdo a la tradición, Yemmu es uno de los aspectos femeninos de Obatalá)De la unión de Obatalá y Yemmu nació un hijo que llamaron Ogúm. Cuando este creció se convirtió en el Orixá que gobierna todos los metales, especialmente el hierro. También quedo asociado con los bosques, donde se dice que pasa la mayor parte del tiempo. También en los bosques, de 
​descendencia incierta nacieron los Orixas Ode-Otim, Ode patrono de la cacería, el y Ogúm se hicieron grandes amigos fieles y tuvieron innumerables aventuras juntos. La mayoría de estas aventuras fueron compartidas por un tercer Orixá, el temible Bara, quien es uno de los mas pintorescos e importantes de los Orixas.Hay muchas leyendas acerca del origen de Bara, De acuerdo a la más popular, en un tiempo él fue un joven príncipe, cuyos padres eran el rey Oquiboru y su esposa Anaqui.
​Un día Bara decidió continuar una expedición de caza con sus amigos. Habían estado cabalgando por un tiempo, cuando repentinamente el príncipe vio que aparecían tres ojos brillando en la distancia. Detuvo la cabalgata y ordeno que lo esperaran mientras iba a investigar las extrañas luces. Cuando se acerco mas observo que las tres luces emanaban de un coco (obí) seco. Recogió el raro objeto y lo llevo al palacio de su padre. Pero cuando lo mostró a sus padres ellos no se impresionaron. El mismo Bara pronto perdió interés en el coco y lo tiro despreocupadamente detrás de una puerta. Tiempo después el rey hizo una fiesta, y luego de que todos los incitados llegaron, el coco empezó a emitir las mismas luces extrañas que a Bara tanto le habían llamado la atención. Aterrorizados por lo sucedido todos los invitados huyeron del palacio. Tres días después Bara murió.
El coco, abandonado detrás de la puerta, continuo brillando por un tiempo pero igual dejo de emitir sus extrañas luces, Casi al mismo tiempo, el reino de Oquiboru empezó a perder su prosperidad, el hambre y la pobreza pronto cubrirían sus tierras con un manto de desesperación. El rey ordena a los sacerdotes que investigaran el fenómeno y luego de muchas consultas con sus oráculos concluyeron que los problemas eran causados por el abandono del coco encontrado por el fallecido príncipe, Cuando fueron a buscar el Obi, encontraron que este se había podrido y estaba medio comido por los insectos. Después de algunas consultas adicionales, los sacerdotes le dijeron al rey, que el coco debía ser reemplazado por una piedra, un símbolo de prosperidad más duradero y estable. Por consiguiente, el coco fue removido y se puso una gran piedra en su lugar detrás de la puerta, Poco después el reino retorno a su anterior gloria. Esta historia enfatiza la importancia que las piedras (Otá) tiene como símbolo de los Orixas. En otra leyenda sobre el origen de Bara se dice que el es hijo de Alabwanna, identificado también como la "Anima sola", que se considera un alma perdida en busca de iluminación. Según la historia, poco después que creció como para cuidarse a si mismo, el travieso Bara encadeno a su madre de pies y manos y salió al bosque en busca de aventuras. Hay otras historias concernientes a Bara y su nacimiento, incluyendo en la que se dice que es hijo de Oyá, pero en realidad los orígenes de este Orixá son vagos, todo lo que se sabe en realidad es que apareció un día completamente crecido y listo para la acción y que los Orixá le muestran un gran respeto mezclado con dosis de temor. Bara sin reparar en su incierto origen tiene el poder de cruzarse en el camino de cualquiera, incluyendo en el del poderoso Obatalá. Entre los yoruba, Bara es conocido también como Exú o Elegbara. De a cuerdo a sus leyendas, el fue uno de los compañeros de Oddudúa cuando Ife fue creada inicialmente. Después se convirtió en ayudante de Orunmila en el sistema de adivinación conocido como Ifá. Se dice que llego a ser el rey de la ciudad de Ketu, donde aun es venerado por sus habitantes. Para los yoruba, Bara tiene grandes poderes fálicos y puede dar o quitar virilidad de cualquier hombre. También es una deidad contradictoria con muchas cualidades disparejas, a veces benéficas y otras malévolas. En Brasil, donde se conoce mejor como Esú, ha sido sincretizado con el diablo. En la santería Cubana, el Orixá conocido como Eleggua.En contraste con su contraparte Brasileña, el Eleggua de Cuba ha sido sincretizado con varios Santos Católicos, tales como San Antonio, uno de los más puros y milagrosos. Esta curiosa identificación tal ves se deba ha que Eleggua al igual que San Antonio s capaz de realizar milagros y de solucionar los problemas mas difíciles, pero en su aspecto negativo puede causar estragos, y a menudo esta ocupado causando problemas para los incautos. Estos aspectos contradictorios del Orixá son vistos en la Santería como parte de su naturaleza ambivalente. Bara es identificado con el destino, que a veces nos trae alegría y otras dolor, El es sobre todo un gran campeón de la justicia, se deleita al castigar a los culpables y recompensar a los inocentes. Hay innumerables leyendas sobre Bara. De hecho a menudo aparece en las leyendas de los demás Orixas. Esto se debe a que el esta en todas partes, en los bosques, detrás de las puertas en los cruces de caminos, el mar y campos abiertos. Se dice que tiene veintiún aspectos y un nombre diferente para cada uno, además de trabajar con un Orixá diferente

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